domingo, 15 de julio de 2012
Los hombres que no amaban a las mujeres
La parte más conmovedora, el final: El dolor fue tan inmediato y detestable que Lisbeth se detuvo en seco, incapaz de moverse. Una parte de ella quiso correr tras ellos… Sin embargo, no hizo nada. Los pensamientos se arremolinaban en su mente. Al final, se tranquilizó. ‘Salander, eres una idiota deplorable’, se dijo en voz alta. Dio la vuelta y se fue a su casa, a su recién limpiado apartamento… Tiró a Elvis en un contenedor de basura.Stieg Larsson
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